Revista RIIED Nro. 8 (2024) págs.[1-13] https://www.riied.org
Significación de un concepto de Neuroeducación para el docente contemporáneo
Significance of a Neuroeducation concept for the contemporary teacher
Significado de um conceito de Neuroeducação para o professor contemporâneo
Artículo de revisión teórica
Recibido: 29/06/2024 Revisado: 19/07/2024 Aceptado: 06/08/2024
Leumira De Sales Pinheiro Vaz
Universidad de Matanzas, Cuba.
https://orcid.org/0009-0005-0586-8727
vazleu00@gmail.com
Elmys Escribano Hervis
Universidad de Matanzas, Cuba.
https://orcid.org/0000-0003-0050-0649
escriba2003@gmail.com
¿Cómo citar el artículo?
Vaz, L. D. S. & Escribano-Hervis, E. (2024) Significación de un concepto de Neuroeducación para el docente contemporáneo. RIIED, número 8, 1-13.
Resumen
El objetivo de esta revisión teórica es sistematizar un concepto sobre Neuroeducación y su significación para el desempeño docente en el escenario contemporáneo. Sobre la base de la revisión de resultados investigativos, obras y autores relevantes en el tema evidenciado por la lectura y citación de los mismos, se sostiene el carácter complejo y emergente de la Neuroeducación como disciplina científica, asía como la necesidad de su integración a las Ciencias de la Educación. Se sostiene la urgencia de su aplicación en los escenarios de formativos de todos los niveles educativos, para hacer más sólidas y significativas las adquisiciones de los que aprenden.
Palabras clave: neurociencias, neuroeducación, innovación docente, desempeño docente.
Abstract
The objective of this theoretical review is to systematize a concept about Neuroeducation and its significance for teaching performance in the contemporary scenario. Based on the review of research results, works and relevant authors on the subject evidenced by the reading and citation of these, the complex and emerging nature of Neuroeducation as a scientific discipline is supported, as well as the need for its integration into the Educational Sciences. The urgency of its application in training scenarios at all educational levels is supported, in order to make the acquisitions of those who learn more solid and meaningful.
Keywords: neurosciences, neuroeducation, teaching innovation, teaching performance.
Resumo
O objetivo desta revisão teórica é sistematizar um conceito sobre Neuroeducação e seu significado para a atuação docente no cenário contemporâneo. Sobre la base de la revisión de resultados investigativos, obras y autores relevantes en el tema evidenciado por la lectura y citación de los mismos, se sostiene el carácter complejo y emergente de la Neuroeducación como disciplina científica, asía como la necesidad de su integración a las Ciências da Educação. Mantém-se a urgência da sua aplicação em cenários de formação em todos os níveis de ensino, para tornar mais sólidas e significativas as aquisições de quem aprende.
Palavras-chave: neurociências, neuroeducação, inovação docente, atuação docente.
Introducción
La innovación docente se refiere a la introducción de enfoques novedosos, ideas, métodos y buenas prácticas en los procesos formativos y la actividad investigativa en la escuela contemporánea en todos los niveles educativos (Roig-Vila, 2020; Vidal Ledo et al., 2022). Se identifica como una respuesta pertinente a la necesidad de situar la educación a la altura de las demandas de la sociedad y la cultura contemporáneas.
La innovación docente puede manifestarse en diferentes formas, como la incorporación de tecnologías en el aula, la implementación de metodologías activas de aprendizaje, la creación de entornos de aprendizaje colaborativos, la aplicación de la Neuroeducación o la promoción de la interdisciplinariedad por mencionar algunos indicadores relevantes.
Entre los resultados de las investigaciones necesarios a considerar en los procesos formativos, se encuentran los hallazgos en neurociencias particularmente significativos en los últimos 30 años. a los procesos formativos. Un docente con conocimientos de Neuroeducación dispone de herramientas para transformar la forma de impartir sus clases y desarrollar progresivamente la capacidad de aprendizaje de sus propios estudiantes (León, 2024).
La Neuroeducación es necesaria porque proporciona nuevos conocimientos sobre el funcionamiento del cerebro y la forma en que se aprende. Por tanto, estos saberes que están emergiendo permiten concebir mejor cómo los estudiantes procesan la información y cómo se relacionan con el entorno de aprendizaje (Mora (2018).
Sin embargo, para aprovechar al máximo los avances de la Neuroeducación, es necesario que los profesores transformen su quehacer profesional. Esto implica una redefinición de su rol o su desempeño profesional, un cambio o renovación en sus competencias docentes, en la aplicación de metodologías, estrategias de aprendizaje y una amplia recursividad de apoyo con un sentido personalizado con sus estudiantes.
La sociedad requiere docentes actualizados en la disciplina que enseñan, con los sustentos adecuados de las Ciencias de la Educación, dentro de ellas se ubican los elementos disciplinares que aporta el campo emergente de la Neuroeducación como una prometedora potencialidad de innovar y contribuir a gestionar procesos formativos integrales y con sustentos multidisciplinares.
Se requiere el deslinde teórico necesario para erigir una teoría coherente útil y significativa para el docente que sirva de base a su desempeño profesional en el orden metodológico y procedimental. Esta sustentación que proviene del dominio de los conceptos principales de la Neuroeducación puede contribuir a hacer más eficiente el aprendizaje de los estudiantes en términos de solidez y aplicabilidad. En otros términos: se ofrecen las bases teóricas necesarias para la adecuada selección y utilización de métodos de enseñanza asociados estos a la actividad investigativa y mediados por tecnologías de la información y las comunicaciones como un factor facilitador de la innovación antes mencionada.
Sobre la base de la determinación de obras y autores de relevancia en el tema de la Neuroeducación y la revisión crítica de sus conceptos principales, este artículo, propone una toma de posición en cuanto a las adquisiciones teóricas necesarias por parte del docente contemporáneo para que pueda concebir de modo sistemático y creativo un proceso formativo en el salón de clases tomando como referente los hallazgos que señala la Neuroeducación como campo disciplinar emergente.
Desarrollo
La Neuroeducación ha surgido como una herramienta innovadora en la sociedad contemporánea, proporcionando conocimientos sobre los descubrimientos del cerebro y su funcionamiento. Esto capacita al docente, como agente responsable del proceso educativo, para mejorar su práctica profesional. A pesar de la información valiosa que la Neuroeducación presenta como una estrategia potenciadora del aprendizaje, aun no se ha integrado plenamente en los sistemas educativos. Prevalece la insistencia en métodos educativos convencionales, ya que los docentes no han recibido la superación necesaria sobre este tema, que aborda aspectos cruciales para la enseñanza (Aguirre-Vera & Moya-Martínez, 2022).
En Europa destacan los aportes realizados por Sarah-Jayne Blakemore (en coautoría con Uta Frith), Cómo aprende el cerebro: Las claves para la educación (2011), es una obra que constituye un referente para investigadores en el tema pues explora cómo el cerebro aprende y las claves para la educación.
Especialmente en España, destacan sobremanera los aportes de David Bueno (2017). Neurociencia para educadores. Todo lo que los educadores siempre han querido saber sobre el cerebro, y el caso de Francisco Mora (2015). En ambos casos, sus investigaciones profundizan en el funcionamiento del cerebro y como este conocimiento debe ser aprovechado en los contextos escolares y procesos de formación, pues destacan el rol de las emociones en el acto de aprender Francisco Mora (2018).
Dentro de los antecedentes y aportaciones más importantes y significativas para el ámbito educativo es necesario resaltar los resultados expuestos por el neurocientífico argentino Facundo Manes (2014, 2019, 2021). En sus obras se analiza el funcionamiento del cerebro y cómo este tipo de conocimientos favorece la inclusión y hacer más eficiente el aprendizaje.
La cultura contemporánea como referente para la educación y la escuela se presenta con un vertiginoso dinamismo, especialmente aquellos elementos de la cultura relacionados con la información, los conocimientos, la ciencia y la tecnología. La actualización en la formación de los docentes implica la capacidad como parte de su desempeño de innovar de forma constante su preparación teórico-metodológica, su preparación general en la disciplina que imparte, los contenidos propios de las Ciencias de la Educación, y muy especialmente, el empleo de las herramientas tecnológicas para la docencia y la investigación educativa.
La Neuroeducación – hecho innovador por excelencia- emerge como un nuevo campo de estudios disciplinares de la unión de los resultados que aportan las Neurociencias y las Ciencias de la Educación con el propósito de diseñar estrategias que permitan estimular el cerebro para un mejor aprendizaje.
Hernández Serrano (2018), explica tal relación de forma circunscrita a tres ciencias: “las neurociencias, la psicología y la pedagogía. Las neurociencias estudian el cerebro y ahora podemos analizar su funcionamiento”. Esto implica la posibilidad de trabajar pedagógicamente el cerebro del estudiante con la finalidad de promover estrategias que permitan de muy variadas formas, potencializar su cerebro para captar el máximo conocimiento, estimular la creatividad y la innovación como factores al logro de una educación integral y compleja.
De acuerdo con Francisco Mora:
Neuroeducación es tomar ventaja de los conocimientos sobre cómo funciona el cerebro integrado con la psicología, la sociología y la medicina en un intento de mejorar y potenciar tanto los procesos de aprendizaje y memoria de los estudiantes como enseñar mejor en los profesores. Neuroeducación es también un campo de la neurociencia nuevo, abierto, lleno de enormes posibilidades que debe proporcionar herramientas útiles para la enseñanza y, con ello, alcanzar un pensamiento verdaderamente crítico en un mundo cada vez de más calado abstracto y simbólico. Se trata de una perspectiva de muchos aspectos diferentes y complementarios. (2018, p. 16)
Lo más importante para un educador es entender a las Neurociencias como una forma de conocer de manera más amplia al cerebro -cómo es, cómo aprende, cómo procesa, registra, conserva y evoca una información, entre otras cosas- para que a partir de este conocimiento pueda mejorar las propuestas y experiencias de aprendizaje que se dan en el aula. Si los que lideran los sistemas educativos llegaran a comprender que los educadores, a través de su planificación de aula, de sus actitudes, de sus palabras y de sus emociones ejercen una enorme influencia en el desarrollo del cerebro de los estudiantes, y por ende, en la forma en que aprenden, quedaría sin necesidad de justificar el por qué vincular los estudios de las Neurociencias al contexto pedagógico (Mora, 2015, 2018; Manes y Niro, 2019; 2021; Bueno, 2023).
Francisco Mora, señala:
La Neuroeducación trata, con la ayuda de la neurociencia, de encontrar vías a través de las cuales poder aplicar en el aula los conocimientos que ya se poseen sobre los procesos cerebrales de la emoción, la curiosidad y la atención, y cómo estos procesos se encienden y con ellos se abren esas puertas al conocimiento a través de los mecanismos de aprendizaje y memoria. Y de estos conocimientos sacar provecho e intentar aplicarlos a los alumnos y los mismos maestros y profesores, pues está claro que para que un alumno preste atención en clase no vale exigirle sin más que lo haga. Eso sirve de bien poco, sobre todo si el profesor es aburrido y aun con un profesor activo y un tema que pudiera ser interesante. Hay que “encender” primero la emoción. Todo esto debe llevar a crear métodos y recursos capaces de evocar la curiosidad en los alumnos por aquello que se le explica (p.16).
De la comprensión de los resultados de la investigación en neurociencias, se establecen varios aspectos de interés para las Ciencias de la Educación y en especial a la Neuroeducación. Estas revelaciones resultan esenciales para concebir procesos formativos innovadores en todos los niveles educativos, incluida la Universidad.
Un primer tema a resaltar es el rol de las emociones en los procesos formativos y especialmente en la concepción de la enseñanza y el aprendizaje en el salón de clases. Según Gallardo Hernández (2023) en su revisión sobre las investigaciones actuales de neurociencia educativa, concluye:
el hallazgo más revelador que esta revisión ha arrojado es la incorporación de la emoción y su unión con el concepto de aprendizaje, que en conjunto con los aspectos considerados con anterioridad, permite la generación de estrategias innovadoras de enseñanza y aprendizaje para que el docente diseñe desde su propia pasión por su vocación ya que esa es la manera idónea a través de la cual se da la pauta al estudiante universitario a distancia para lograr un aprendizaje sólido, significativo y permanente: el conocimiento se detona en el cerebro adulto desde la emoción por el descubrimiento de un nuevo aprendizaje.
Esa emoción es la que el docente debe propiciar a través de nuevas estrategias de enseñanza apoyadas en las tecnologías de aprendizaje y conocimiento que generen esa chispa de curiosidad que lleve al estudiante a experimentar la emoción por el aprendizaje continuo
Por su parte, Jorge-Requejo (2024), señala: “las emociones activan el encéfalo al completo, pero, hay una parte concreta que activa principalmente el proceso emocional (…) encontrando una activación cada vez que nuestro alumnado experimenta cualquier emoción ya sea placentera o desagradable” (p.6).
En el Blog Scala Learning (2023) sostienen que las emociones desempeñan un papel fundamental en el proceso de aprendizaje. Actúan como una especie de filtro a través del cual se recibe y procesa la información. Cuando un estudiante se siente emocionalmente comprometido acerca de un tema o una lección, su capacidad para absorber y retener ese conocimiento se ve enormemente mejorada. Por otro lado, las emociones como el estrés o la frustración pueden obstaculizar el aprendizaje, dificultando la concentración y la asimilación de la información.
Las emociones están estrechamente relacionadas con la motivación. Los estudiantes que se sienten emocionalmente conectados con lo que están aprendiendo tienden a estar más motivados y comprometidos. La pasión y el entusiasmo pueden actuar como poderosos motores que impulsan la búsqueda activa del conocimiento. Por lo tanto, la comprensión y la gestión de las emociones en el proceso de aprendizaje no solo mejoran la calidad del aprendizaje, sino que también pueden fomentar la autonomía y el deseo de aprender de forma continua a lo largo de la vida, señalan en el blog anteriormente referido.
¿Cómo incentivar la emocionalidad en el salón de clases? ¿Qué métodos y procedimientos seleccionar y emplear? ¿Cómo insertar la mediación de la tecnología? ¿Cómo enfocar la personalización del proceso, así como la incentivación del trabajo colaborativo y otros recursos tendentes a elevar la motivación? La Neuroeducación ha señalado qué propicia las mejores adquisiciones con mayor solidez, entonces, le corresponde al docente sobre la base de estas determinaciones escoger la recursividad necesaria para obtener tales resultados.
Anzelín et al. (2020) aportaron una visión muy útil en el tema a partir de la revisión resultados considerados relevantes de las 72 investigaciones realizadas principalmente entre 2016 y 2017 que, le han dado un lugar relevante a la emoción dentro de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Los autores apuntan que es necesario reparar en que cada resultado tiene unas condiciones particulares de interpretación a partir de las posturas epistemológicas y metodológicas con las que se realizaron, se resaltan aspectos relevantes como: “la emoción del estudiante y su relación con los logros académicos”, así como “la emoción del profesor y la incidencia de la emoción en el Conocimiento Didáctico del Contenido” esta última línea con poco respaldo en evidencias empíricas obtenidas.
La Neuroeducación, indica aprovechar el significado de las funciones de las emociones en los procesos de formación. Según expresa Mora (2015):
Las emociones desempeñan un papel fundamental en el proceso de aprendizaje, como ya se dijo, influyen en los procesos cognitivos como la atención, la memoria y el pensamiento, también propician la toma de decisiones de los individuos.
Mora (2015) indica que “la atención es el mecanismo cerebral que se requiere para ser consciente de algo (...) aprender y memorizar, al menos en lo que se refiere a la enseñanza, requiere de ese foco preciso absoluto que es la atención” (p.81). Ya que ésta es una estrategia por la cual el cerebro inicia el aprendizaje y la memorización de información que deriva del contexto.
La activación de la atención, favorece que el estudiante procese la información que es más importante ignorando así, otros estímulos presentes en el ambiente, ya sean externos o internos. De esta manera, comienza a adquirir directa o indirectamente el aprendizaje.
Según señala Mora (2015), la atención es como una ventana que se abre en el cerebro a través de la cual se aprende y memoriza la información que procede del mundo que nos rodea. Sin atención no hay aprendizaje ni memoria explícita ni conocimiento. La atención es el mecanismo cerebral que se requiere para ser consciente de algo. El mecanismo de la atención consigue el ensamblaje funcional de neuronas dispersas de corteza cerebral y tálamo activando el mecanismo de la conciencia. Aprender y memorizar, al menos en lo que se refiere a la enseñanza, requiere de ese foco preciso absoluto que es la atención. Señala Mora (2015) que “La atención es como un foco de luz que ilumina lo que hay delante de nosotros y lo distingue” (p.33). Ese foco atencional siempre tiene que estar encendido en los procesos de aprendizaje.
Exigir atención no sirve de nada, si el docente o el proceso es aburrido. La atención se evoca, se estimula. La Neuroeducación recomienda comenzar con alguna actividad que despierte interés, como juegos, videos o canciones. También se recomienda introducir cambios, variar las actividades y el ritmo de la clase para mantener a los estudiantes comprometidos.
Es importante aclarar que el descanso adecuado y las horas de sueño apropiadas resultan esencial. También se debe administrar cuidadosamente el tiempo para cada actividad, de modo que se aprecie variedad, cambios y empleo de diferentes recursos. Precisamente conocer los “tiempos cerebrales” según señala Mora (2015), que se requieren para mantener la atención a cada edad o periodo de la vida puede ayudar a ajustar “los tiempos de atención reales” durante el aprendizaje en clase de una manera más eficiente. De ser así podrían desarrollarse entrenamientos selectivos que redundaran en una mayor eficiencia en el estudio de estas materias
La relación emoción-cognición es indisoluble. Esta relación debe estar siempre presente en los procesos formativos y en la base del diseño de las situaciones de aprendizaje, así como de la selección de los métodos y procedimientos en la clase.
Por su parte, la memoria es un proceso cognitivo por medio del cual se retiene lo aprendido a lo largo del tiempo. En el ser humano la memoria, es el vehículo por el que se transmiten los conocimientos y se crea cultura.
El registro en la memoria de experiencias vividas y aprendizajes obtenidos está muy relacionado a las circunstancias emocionales en que se produjo dicho “registro” en el cerebro. David Bueno (2023), al ser interrogado acerca de cómo aprender más y mejor, identifica dos pilares esenciales: “que haya emociones de por medio y estrategias para aplicar cada cosa al mundo real”. O sea, sobre el particular que declara David Bueno, es necesario señalar que el sentido práctico y de aplicaciones a casos reales de las situaciones de aprendizaje.
Varios autores de investigaciones en el ámbito de la Neuroeducación recomiendan tomar en cuenta que el arte y el disfrute estético, así como la práctica del juego, el deporte o simplemente el ejercicio físico facilitan la solidez de las adquisiciones.
Ratey y Hagerman (2013); Amen (2015); Blakemore (2020) han investigado sobre el modo en que el juego, el ejercicio físico, el funcionamiento cerebral y el aprendizaje están directamente interconectados. En particular, Sarah-Jayne Blakemore es una reconocida neurocientífica que se especializa en el estudio del desarrollo del cerebro adolescente. Es profesora en el University College de Londres y ha realizado numerosas investigaciones sobre cómo el cerebro adolescente se desarrolla en términos de la toma de decisiones, la empatía, la influencia de los pares y otras habilidades cognitivas.
David Bueno i Torrens (2023), quien es doctor en biología y profesor de genética en la Universidad de Barcelona. Sus investigaciones se han centrado en la genética del desarrollo y la neurociencia, y su relación con el comportamiento humano, al responder sobre la importancia que tiene el juego en procesos formativos, señaló:
El juego es importante siempre, especialmente durante la infancia. Es la manera instintiva que tenemos de adquirir conocimientos. Los niños no juegan para divertirse, sino para aprender. Es la forma controlada de relacionarse con el entorno, consigo mismos, con otros compañeros para adquirir conocimientos. Lo que sucede es que este aprendizaje es tan importante que el cerebro lo recompensa con sensaciones de placer, de recompensa, de bienestar y así estimula nuevos juegos. Debería ser la base de cualquier proceso educativo durante toda nuestra vida.
La implementación del juego en el ámbito educativo y del aprendizaje es fundamental. Con este tipo de actividades se despierta la motivación y curiosidad en los niños y se puede tener retroalimentación de lo aprendido. Por medio del juego, asegura Rojas (2020) se puede atender a la diversidad que se presenta en el aula. Esto se debe a la variedad de roles que puede tomar cada uno de los alumnos durante el juego. Asimismo, convierte al estudiante en el protagonista activo de su aprendizaje. Esta autora señala ventajas cognitivas y afectivas que provienen de la actividad del juego: actividad placentera para los niños; incentiva la curiosidad y creatividad; genera autoconfianza; se usa como instrumento de expresión emocional, estimula el desarrollo social, físico y cognitivo; y, favorece la socialización, entre otros puntos de interés.
En otro orden, existen investigaciones que establecen los vínculos entre las neurociencias, las artes y la educación, brindando enfoques de esencia interdisciplinaria valiosos para mejorar los procesos de enseñanza - aprendizaje (Salazar García, 2022).
La neurociencia pretende, a partir de la esencia del arte, su belleza, la capacidad intrínseca del arte de despertar emociones en los seres humanos conocer cómo esa belleza, esa emoción y esa inteligencia se construyen en el cerebro humano: en los circuitos, las células y las moléculas de la corteza cerebral. Estas relaciones son de especial interés para los procesos de formación humanas en todos los niveles educativos.
Según Aguilar (2020), las artes contribuyen a mejorar el aprendizaje y los procesos formativos:
Cada expresión artística activa partes distintas del cerebro, por lo que se convierte en una excelente forma de estimular nuestro intelecto y creatividad. Otras investigaciones demuestran que a través del arte se potencian las capacidades de resolución de problemas, y memoria, influyendo positivamente en el desempeño en otras áreas académicas.
Por ejemplo, los niños sometidos a educación musical, tienen mejor desempeño en matemáticas, lenguaje y comprensión lectora. Asimismo, aunque parezca increíble, influye en una mejor postura corporal, y en mejores respuestas motoras, pues se incrementa la conectividad entre las áreas sensorial y motora del cerebro, mejorando también su flujo sanguíneo.
Las artes visuales ofrecen también grandes beneficios: mejoran la plasticidad cerebral y la capacidad de atención, reducen la impulsividad y mejoran el comportamiento.
El teatro por su parte, también trae consecuencias positivas: mejora el vocabulario, el autocontrol, ayuda en la memoria kinésica, incluso permite convertir conceptos abstractos en concretos.
Hemos analizado como cada lenguaje artístico ofrece un estímulo para diferentes áreas del cerebro que apoya positivamente a diferentes procesos mentales que ciertamente influyen en el área académica; sin embargo, es también importante analizar el área emocional y afectiva, un estudio realizado con 10 000 estudiantes reveló que con la apreciación del arte los niños incrementaban valores de tolerancia, calma, regulación emocional, autoestima y paciencia.
Existen aportes generales desde las Ciencias de la Educación que argumentan que el empleo de la Neuroeducación en los procesos formativos (D'Addario, 2019; Caballero et al., 2021; Escribano Hervis, 2023). Martínez-González et al., (2018), argumentan las aportaciones de la neurociencia a las competencias curriculares:
Las competencias sociales y cívicas, la competencia para aprender a aprender y la competencia de sentido de iniciativa y espíritu emprendedor autonomía tienen muchos puntos en común con la toma de decisiones, la resolución de problemas y el autocontrol emocional. Todos estos aspectos son fundamentales para el desarrollo de la función ejecutiva localizada en áreas cerebrales de la corteza frontal. La resolución de problemas y la toma de decisiones dependen en gran medida del control emocional del alumno. Estas competencias podrían beneficiarse de los logros en neurociencia y psicología, y aplicarlos en el contexto educativo. La neuropsicología ha destacado la importancia de las técnicas para la mejora de la atención, memoria de trabajo y función ejecutiva en alumnos con dificultades en el aprendizaje (p. 29).
Conclusiones
Los resultados de las investigaciones en el ámbito de las neurociencias abren prometedoras expectativas con su aplicación como parte de la innovación docente en los procesos formativos. La Neuroeducación emerge como una disciplina científica sustentada en los conocimientos sobre el funcionamiento cerebral, que integrada a las Ciencias de la Educación, ofrece fundamentos teórico-metodológicos válidos para contribuir al pensamiento crítico, la creatividad y hacer más sólidas las adquisiciones de quienes aprenden.
El docente con conocimientos de Neuroeducación, dispone de un potencial significativo en materia de innovación para transformar la forma de impartir sus clases y contribuir a una formación más pertinente del ser humano durante toda la vida en escenarios mediados por las tecnologías o espacios áulicos presenciales.
Formar al docente y estimular su superación continua en relación a los avances de la Neuroeducación, dimensiona el significado de la emoción en el acto de aprender con mayor solidez y significación, así como la necesidad de estimular en los procesos formativos la motivación, la curiosidad, la sorpresa y la creatividad empleando para ello recursos como el trabajo colaborativo, el arte, el juego y la actividad física.
Se subraya el enorme desafío que representa dentro de las políticas educativas alentar la actualización de los currículos de las instituciones formativas de docentes, así como brindar incentivos a la superación continua y el espíritu innovador de los profesionales en su desempeño pedagógico para el empleo sistemático y creativo de la Neuroeducación en las aulas.
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Contribución autoral:
Leumira De Sales Pinheiro Vaz. Desarrolló la investigación y la redacción del borrador original
Elmys Escribano Hervis. Conceptualización y asesoría de la investigación. Redacción, revisión y edición
Conflicto de intereses.
Los autores declaran que no existe conflicto de interés.