Vol.2 Nro. 4 (2022) págs.[12-23] https://www.riied.org

 

Programa de alfabetización emocional. Una alternativa para formar padres emocionalmente competentes

Emotional Literacy Program. An Alternative to Forming Emotionally Competent Parents

Programa de alfabetização emocional. Uma alternativa para formar pais emocionalmente competentes

 

Artículo de revisión teórica

 

 

 

Cómo citar el artículo:

Than-Ferrera, M. L. y Velazco-Espinosa, E. (2022). Programa de alfabetización emocional. Una alternativa para formar padres emocionalmente competentes. RIIED, Vol. 2 (4), 12-23.

 

 

Recibido: 5/10/2021        

Revisado: 14/11/2021        

Aprobado: 3/12/2021

 

María de Lourdes Than Farrera1

Gabinete Psicopedagógico de la Secundaria del Estado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México

https://orcid.org/0000-0002-6269-7531

luluthan@hotmail.com

Elsa Velasco Espinosa2

Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma de Chiapas. México

https://orcid.org/0000-0002-8324-4400  

elsa.velasco@unach.mx 

kchus81@autlook.com

 

 

“La vida es una comedia para aquellos que piensan y una tragedia para los que sienten”

                                                                                               Horace Walpole.

 

Resumen

Este programa fue diseñado con el propósito de desarrollar habilidades para formar padres emocionalmente competentes, fortaleciendo la salud mental de los miembros de la familia, construir interacciones inteligentes que les permitan afrontar los fenómenos sociales actuales magnificados en los medios como el cine, la televisión y el internet. Para la ejecución del programa se estructuró en cinco módulos con sesiones y actividades vivenciales, orientadas a la reflexión para el cambio, a través de la autorregulación, el modelaje, el aprendizaje colaborativo la mediación. Se logró el impacto en 218 padres de familia de 900 que integran la población de tutores de la escuela Secundaria del Estado, resultados reflejados en la conducta y desempeño académico de los alumnos.  Actualmente se trabaja en sistematizar los datos para los ajustes y reestructuración del programa.

Palabras clave: alfabetización emocional, autocontrol, emociones, estrategias psicopedagógicas.

 

Abstract

This program was designed for the purpose of developing skills to form emotionally competent parents, strengthening the mental health of family members, to build intelligent interactions that allow them to confront the current social phenomena magnified in the media such as cinema, television and the internet. For the execution of the program, it was structured in 5 modules with sessions and experiential activities, oriented to reflection for change, through self-regulation, modeling, collaborative learning, mediation. The impact was achieved on 218 parents out of 900 who make up the school’s guardian population. Results reflected in the behavior and academic performance of students. Currently work is being done to systematize the data for programme adjustments and restructuring.

Keywords: emotional literacy, self-control, emotions, psychopedagogical strategies.

 

Retomar

Este programa foi concebido com a finalidade de desenvolver habilidades para formar pais emocionalmente competentes, fortalecendo a saúde mental dos membros da família, para construir interações inteligentes que lhes permitam enfrentar os atuais fenômenos sociais ampliados na mídia, como o cinema, A televisão e a internet. Para a execução do programa, foi estruturado em 5 módulos com sessões e atividades experienciais, orientadas à reflexão para a mudança, por meio da autorregulação, modelagem, aprendizagem colaborativa, mediação. O impacto foi alcançado em 218 dos 900 pais que compõem a população guardiã da escola. Resultados refletidos no comportamento e desempenho acadêmico dos alunos. Atualmente, estão sendo feitos trabalhos para sistematizar os dados para ajustes de programas e reestruturações.

Palavras-chave: alfabetização emocional, autocontrole, emoções, estratégias psicopedagógicas.

 

Introducción

Bisquerra (2015), Aguirre (2016), Gardner (2017), Goleman (2018), Rodríguez (2019) y Rotger (2021) son autores de teorías que apuntan al desarrollo de la inteligencia emocional como la alternativa para disminuir fenómenos sociales, donde se observan conductas disruptivas, disparadas por pensamientos intrusivos por la falta de autorregulación de las emociones, ocasionando violencia, intolerancia, falta de empatía, observándose además el aumento de casos de depresión, ansiedad y otras condiciones psicológicas potenciadas por el confinamiento.

La presencia de las neurociencias en las aulas explica Rodríguez (2019) ha sido una gran oportunidad para entender de manera científica la neurofisiología de las emociones y su influencia en los procesos cognitivos. La crisis social, la globalización de la economía y la cultura, el deterioro acelerado del ambiente ecológico, los mundos virtuales, la velocidad del cambio tecnológico, los medios masivos de comunicación, la vida cada vez más sedentaria, producen pérdida de las capacidades de sentir y expresar emociones (Goleman, 2018).

La gran influencia de la modernización con la enorme invasión telemática y mecanicista que promueve la alienación confunde y reduce la expresión física de los códigos emocionales, los que para la supervivencia de la especie humana resultan esenciales. 

Durante años el estudio de las emociones fue postergado, mientras el hombre vivía más en contacto con su contexto ecológico, en un marco familiar en comunión con la naturaleza, en pequeñas comunidades, las emociones básicas formaban parte natural de sus vidas. Pero en la era actual, donde se permanece la mayor parte del tiempo en contacto con las máquinas (computadoras, televisores, celulares, etc.) productos de la telemática y robótica que no tienen emociones, ¿cómo se comunican con estas estructuras inertes? El diario vivir en un medio virtual los convierte en autómatas, al no encontrar respuestas. ¿Cómo recuperar la capacidad de sentir?, ¿cómo relacionarse emocionalmente con sus pares?

 

Desarrollo

En esta era altamente tecnologizada es urgente el rescate de la dimensión realmente humana, la cual no sería verdadera sin la existencia de la capacidad de sentir. La alfabetización emocional en la actualidad se hace necesaria para recuperar la legitimidad del mundo emocional, sobre todo con las emociones básicas (ira, miedo, tristeza, alegría rabia, amor) y secundarias (desconcierto, fobias, preocupación, angustia, vergüenza, obsesión y compulsión) que han vinculado al hombre con su mundo real y han abierto la posibilidad a la convivencia saludable que ha perpetrado la supervivencia de la especie humana. (Bisquerra, 2015)

Hoy se identifica más que nunca el rol fundamental de las redes de comunicación emocional en todo grupo social, de éstas depende el éxito o fracaso de cualquier actividad social. Combatir a la sociedad de sombras creadas, imprimiéndoles color y sonido a través de las emociones, para luchar contra la sordera y ceguera emocional resulta un desafío.

La esencia de cada hombre y mujer deberían teñirse con matices que brinden salud y felicidad a su existencia, de manera tal que en todos los escenarios donde se establezcan intercambios emocionales, se escuchen bellas melodías, llenas de colorido y sonidos tan agradables que no permitan ninguna disonancia o desarmonía con la intromisión de emociones perturbadoras.

La alfabetización emocional además de su utilidad técnica y práctica, implica una mirada diferente sobre el ámbito emocional y su entrenamiento o desarrollo, recupera la legitimidad de las emociones básicas; reconoce sus bases neurofisiológicas, el carácter adaptativo y rol vital en el quehacer cotidiano, así como la trascendencia para comprender los estados de ánimo, atenderlos y superarlos. (Pérsico, 2003)

La familia ha sido considerada el medio idóneo para que los seres humanos tengan una interacción armoniosa, constructiva y sana, no obstante, la realidad con frecuencia demuestra que no siempre es así; en el seno familiar también se desarrolla un ser humano en gran medida confuso, insatisfecho, frustrado y hasta patológico.

Las familias emocionalmente sólidas son escasas, su presencia e impacto pasa casi desapercibido, en medio del desorden social en que se vive actualmente. Una de las tareas más difíciles del hombre actual es sin duda, criar a una familia con miembros satisfechos y felices por vivir, capaces de sortear y resolver los problemas cotidianos. (Pérsico, 2003)

Los procesos de la relación humana en la familia es un sistema complejo e intrincado de intercambios de creencias, mitos, valores y emociones que entretejen una red de comunicación que puede o no ser fluida y profunda, la cualidad de esta interacción es que puede ser una unidad que facilite el buen o mal funcionamiento, que coloque trampas que no les permitan relacionarse saludablemente o los convierta en personas con cierta ineptitud emocional.

A la familia le compete fortalecer a sus integrantes para combatir los asaltos emocionales y no sean como olas del mar que los envuelvan y den tumbos dejándolos tirados en la playa a merced de otra ola, la fuerza de sus piernas (control de emociones) les permitirá recibir la embestida y no caer, al contrario, esperarán la siguiente controlando su estabilidad. La familia debe proveer a sus miembros de la capacidad de vivir intensamente las emociones, pero desarrollarles también habilidades para controlarlas, a través de la expresión adecuada de la emotividad, podrán ir recobrando el equilibrio emocional y ser felices. 

Los replanteamientos de la propuesta educativa mexicana de 1984, se basa en el involucramiento de todos los actores que inciden directamente en el desempeño académico de los estudiantes de ahí que una de las tareas primordiales de la educación secundaria sea formar integralmente a los alumnos, propósitos claramente plasmados en dos aspectos fundamentales que orientan la filosofía y política de la escuela mexicana y sus prácticas docentes, la misión y la visión.

La misión plantea desarrollar armónicamente todas las facultades del ser humano y fomentar en él, a la vez, el amor a la patria y la conciencia de la solidaridad internacional, en la independencia y en la justicia. Fomentar la democracia como un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural. Favorecer la comprensión de nuestros problemas, el aprovechamiento de nuestros recursos, la defensa de nuestra independencia política y económica y el acrecentamiento de nuestra cultura. Robustecer el aprecio por la dignidad personal y la integridad de la familia, promoviendo la igualdad de derechos en todos los seres humanos (Artículo 3º Constitucional, SEP, 2019).

En tanto la visión espera responder a las necesidades básicas de aprendizaje, a través de contenidos que integran conocimientos, habilidades y valores que les permitan a los estudiantes; una vez concluidos sus estudios de secundaria, continuar con su aprendizaje con un alto grado de independencia y autonomía, que facilitan su incorporación a los niveles inmediatos superiores de educación, que coadyuvan a la solución  de las demandas prácticas de la vida cotidiana y estimulan la participación activa y reflexiva en las organizaciones sociales y en la vida política y cultural de la nación (Artículo 3º Constitucional, SEP, 2019).

En este marco se formuló el presente programa instruccional centrado en el mejoramiento de la formación e instrucción sobre la salud emocional y la convivencia para promover la calidad de vida en las familias, mediante el desarrollo de las cualidades y habilidades emocionales que impulsan la relación afectiva a través de las aptitudes y actitudes de los padres hacía sus hijos y de éstos hacía sus padres.

El programa de alfabetización emocional para padres se plantea con el propósito de favorecer el desarrollo de habilidades emocionales en los padres para posibilitar  la  educación integral de sus hijos y promover la integración familiar con base  en la reflexión sobre las capacidades y características propias de la adolescencia, tomando como punto de partida los cuatro pilares de la educación aprender a conocer, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir propuestos por Delors et al. (1996).

El enfoque de la propuesta es vivencial con énfasis en el desarrollo de competencias emocionales y su implicación en las relaciones afectivas vinculadas a la vida familiar, académica y social. Esta propuesta es diseñada para padres de familia de estudiantes de secundaria, con el fin de proporcionarles las herramientas y experiencias que les faciliten el crecimiento emocional y puedan ellos formar a sus hijos en estas competencias emocionales.

El programa se aplicó con personal del Departamento de Orientación Educativa de las escuelas secundarias, la guía temática fue elaborada por el Instituto de Desarrollo Integral de la Familia, con apoyo del Departamento de Enseñanza del Instituto de Salud Mental de la Secretaría de Salud; quienes también capacitaron a los orientadores para trabajar con padres mediante conferencias. Finalmente, en 1996 la Secretaría de Educación a través del Departamento de Eventos Especiales, elabora un programa y un curso – taller con técnicas vivenciales, para que los padres confrontaran y reflexionaran sus propias prácticas de crianza y maneras de relacionarse con sus hijos.

Para 1998, el programa de escuelas para padres involucra directamente a los alumnos en el trabajo con padres, son ellos quienes determinan la temática, cambiando también la estrategia de trabajo, los hijos comienzan de manera conjunta a trabajar con sus padres, en sesiones mensuales, finalizando con un foro de comunicación donde padres e hijos, después de diez sesiones de trabajos intercambian sentimientos y pensamientos más profundos, abriendo una vía de comunicación, en muchos de los casos, no explorada.

En el año 2004 la escuela para padres reorienta sus actividades y el programa se fundamenta en los valores, los contenidos versan sobre cómo rescatarlos, cómo adoptarlos y cómo inculcarlos o transferirlos a los adolescentes, continua con la metodología vivencial con la participación de padres y alumnos con la asesoría del Orientador Educativo.

Estos intentos han sido fructíferos pero insuficientes, se logró el impacto en 218 padres de familia de 900 que integran la población de tutores de la escuela intervenida, resultados reflejados en la conducta y desempeño académico de los alumnos por ello se presenta una propuesta que pretende dar un giro a los contenidos de este proyecto basándose en las teorías de la inteligencia emocional.

 Al poner en práctica las actividades, sugerencias y ejercicios del programa se pretende contribuir a la tarea de la crianza de los hijos, a manejar acertadamente las situaciones que generan tensión y fricción en las relaciones con los hijos y aumentar los momentos y las vivencias gratificantes favoreciendo la estabilidad emocional en los alumnos, que influirá positivamente en el proceso educativo.

Así se plantea como objetivo general propiciar el trabajo colaborativo con padres y madres de familia para el desarrollo y fortalecimiento de las habilidades sociales básicas para la convivencia familiar, con la intención de promover relaciones interpersonales saludables como resultado de la potenciación de la inteligencia emocional a través de estrategias de acción psicopedagógicas, para que padres e hijos se consoliden como personas emocionalmente competentes.

Desarrollado en 12 objetivos específicos:

Para la estructuración del programa de alfabetización emocional se consideraron tres aspectos fundamentales: aportes teóricos pedagógicos y psicológicos, estrategias pedagógicas y la elaboración del cuadernillo de trabajo para los padres de familia. Con referencia al primer aspecto se rescataron los aportes pedagógicos, recopilando, adaptando y adecuando contenidos, actividades y ejercicios de programas como: Tutoría para padres de secundaria, Manual de inteligencia emocional para educación básica, Desarrollando la inteligencia emocional IV, y, Pasos para elevar el potencial de la inteligencia emocional.

El paradigma psicológico sobre el que se sustenta este programa es el modelo de instrucción cognitiva que favorece la obtención de un alto nivel de aprendizaje con estrategias derivadas de diversos autores como la taxonomía de Bloom (1977), las zonas de desarrollo potencial de Vigotsky (2005, citado en  Leong, 2005) la enseñanza directa, el dominio del aprendizaje, el modelado, enseñanza recíproca, enfoque procedimental y aprendizaje autorregulado. Los puntos coincidentes de estos paradigmas son descripción de la estrategia, descripción de las condiciones de aplicación, modelado, práctica guiada, práctica independiente, generalización y evaluación.

Acorde con estos sustentos el programa de alfabetización emocional para padres está estructurado tomando en cuenta una breve introducción, planteamiento, enseñanza, modelado, práctica guiada, resumen, práctica independiente, generalización y evaluación (Beltrán y Pérez, 2000).

Como segundo aspecto de este programa se consideraron estrategias pedagógicas, retomándolas de autores como Vallés (2013), López y González (2003) y Cámara (2007), los ejercicios retomados de los diversos programas y autores fueron seleccionados para la dosificación de actividades que favorezcan, promuevan y fortalezcan el desarrollo de habilidades básicas para consolidar la inteligencia emocional.

El tercer aspecto corresponde a la estructuración del Cuaderno de Trabajo “Formando padres emocionalmente competentes”. Con el propósito de desarrollar las habilidades básicas para formar personas con aptitudes emocionales, se diseñaron en el cuaderno de trabajo cinco módulos con contenidos y actividades que por un lado activaran conocimientos previos y, por otro, permitan la construcción de nuevos saberes para la reestructuración del conocimiento con la ayuda de un asesor como mediador en el proceso de aprendizaje.

El programa de alfabetización emocional para padres está organizado en contenidos, ejercicios y actividades, incluyen gráficos, esquemas, preguntas que permiten identificar conceptos y clarificar actitudes representativas de las emociones, a su vez, favorecer el cambio o transformación de éstas en la consecución del abatimiento del analfabetismo emocional.

Establece una secuencia con el objetivo de trabajar componentes que permiten el análisis, reflexión y toma de decisiones respecto a generar cambios significativos en la conducta con la finalidad de establecer relaciones interpersonales saludables.

El asesor mediador trabaja las actividades de acuerdo a las aptitudes y necesidades del grupo de padres, procurando el equilibrio entre los procesos cognitivos necesarios para desarrollar las habilidades sociales, componentes fundamentales de las competencias emocionales. Se trabaja con estrategias de acción psicopedagógica como el Modelaje, Aprendizaje Cooperativo y la Mediación; estrategias primordiales, donde el mediador crea los puentes entre el conocimiento y el aprendizaje, depositando de manera gradual los saberes en el grupo de acuerdo a sus aptitudes, promoviendo la autonomía, con un enfoque ecológico ya que en la medida que el programa incida cambiando uno a uno a los participantes en esa misma medida cambiaremos al contexto social. El programa está estructurado de la siguiente manera:

El primer módulo se refiere al conocimiento específico de las propias emociones con la finalidad de promover y favorecer la expresión adecuada y productiva para el fortalecimiento de los vínculos relacionales de los hijos y padres, enfatizando el autoconocimiento de las emociones esta capacidad les proporcionará seguridad en su propio desempeño y les permitirá acceder a diversas opciones para reaccionar frente a la emoción, para vivir de manera más productiva las relaciones con las personas que conforman el entorno familiar.

El segundo módulo está constituido por temas que permitan tomar conciencia  a los participantes, sobre las características y expresiones de las emociones  para aceptarlas y reconocerlas y sobre esta base de conocimiento puedan manejarlas y darles un adecuado y saludable curso a su expresión, reorientando las respuestas que socialmente les han impuesto, a través de técnicas de autocontrol, que los irán consolidando como familias emocionalmente capaces de disfrutar la convivencia familiar, resolver y afrontar los problemas y reconstruir experiencias positivas que fomenten la aptitud emocional.

El tercer módulo contiene elementos y actividades que les permitirán a los padres de familia experimentar y expresar una variedad de emociones relacionándolas con su realidad cotidiana, para reconocer y comprender las diferentes formas de expresar los sentimientos, identificar las características, analizar y adoptar alternativas de cambio para manejar de manera asertiva las emociones con la finalidad de aprender maneras constructivas de relacionarse con los otros.

El cuarto módulo aborda las habilidades básicas que forman parte de una gama de habilidades planteadas por la inteligencia emocional, indispensables para una buena y creativa interrelación personal de los padres e hijos, la práctica de los ejercicios permitirá la comprensión y aprehensión de nuevos estilos para interactuar adecuadamente, diluyendo los desencuentros entre los miembros de la familia favoreciendo la formación de redes comunicativas que otorguen beneficios mutuos.

El quinto y último módulo, rescata el papel de las emociones y los sentimientos en la comunicación, en el manejo de conflictos y en la consolidación de la inteligencia emocional a través de actividades vivenciales y de autorreflexión, proporcionando herramientas y estrategias para desarrollar la sensibilidad y el carácter en los participantes, generando múltiples posibilidades para trabajar y estimular el manejo inteligente de las emociones en la interacción   del grupo familiar.

Para evaluar los resultados del programa se utilizan técnicas cuantitativas, para obtener datos sobre el grado o nivel del logro de los objetivos planteados, así como los efectos o impacto producidos en los participantes en el programa una vez implementado. La utilización de técnicas de medida o cuantitativas tiene como finalidad primordial verificar el estado de los beneficiarios del programa después de la implementación, para ver si se ha respondido a las demandas que lo originaron. Estas técnicas van a proporcionar datos numéricos o estadísticos sobre los cuales se podrá efectuar el análisis de los resultados, para establecer conclusiones válidas y confiables evitando sesgos en el procesamiento de la información. Por tanto, los instrumentos que se implementen para la recogida de la información deben ser objetivos, para efectuar la evaluación cuantitativa se recurrirá concretamente a encuestas, autoinformes, portafolios, rúbricas y datos estadísticos (Fernández, 1996).

Se eligió esta técnica de encuesta porque permite recoger la información sobre los temas y aplicabilidad de los mismos contenidos en el programa, busca generalizar la información y puede aplicarse en colectivo, la información requerida no debe ser muy amplia sino específica; es necesario presentar un cuestionario suficientemente estructurado para reducir la interpretación de la información, favoreciendo el ahorro de tiempo y el acceso a mayor número de personas. Su objetivo es consensuar o generalizar la información

De igual manera las razones para optar por  la técnica de autoinforme fueron porque permite expresar opiniones, sensaciones, sentimientos y juicios acerca del impacto que sobre los padres (aprendices) está causando la implementación del programa, es decir, cómo está reestructurando sus actitudes y comportamientos, presenta la ventaja de que se puede acceder a mayor número de elementos con menor esfuerzo ya que no precisa de la interacción individuo a individuo. Presenta un grado mayor de especificación, debido a que su objetivo es recabar información más profunda pues son los involucrados en el programa los que informarán de los cambios suscitados en su vida como resultado del programa.

En el caso de la rúbrica, se seleccionó por lo destacable de  su pertinencia para evaluar competencias o habilidades alcanzadas, permite evaluar el producto o resultado del proyecto o programa ligados con simulaciones situadas, es una buena opción para evaluar un informe, permite evaluar los procesos y habilidades, es decir, la manera en que se resolvió un problema complejo y abierto, el proceso de interacción cooperativa al interior de un grupo y las competencias  comunicativas de los aprendices para exponer sus opiniones.  Su objetivo es emplear el conocimiento y habilidades adquiridas en la solución de problemas importantes (Díaz – Barriga y Hernández, 2001).

Los datos derivados de las estadísticas del número de personas atendidas, son el medio para contrastar el logro de los objetivos del programa, diseñando un instrumento con las variables o indicadores vinculados a los objetivos específicos del programa, buscar la información sobre estas variables en las personas implicadas en el programa, aplicándoles el instrumento; graficar los resultados para replantear o reestructurar el programa, si fuese necesario. Es una forma de verificar la información sobre objetivos alcanzados, necesidades planteadas y número de personas atendidas de manera objetiva.

Las técnicas permitieron contar con cinco instrumentos de medición, el formato de encuesta, formato de autoinforme, rúbrica, reportes estadísticos bimestrales y anuales y portafolio

Portafolios, esta modalidad se está llevando a cabo con mayor incidencia debido a que permite evaluar los que las personas hacen, lo que dicen que hacen y lo que creen saber, se centra en el desempeño mostrado en las tareas, permite comprender cómo se vinculan los saberes conceptuales con los procedimentales y seguir la adquisición y perfeccionamiento de saberes específicos y maneras de actuar que se traducirían como saberes actitudinales.

Es una selección de trabajos que los aprendices realizan en el transcurso de un tiempo determinado y se ajustan a un proyecto de trabajo dado; muestra el crecimiento gradual y los aprendizajes logrados. Permite conocer el progreso del aprendiz en términos procesales, al enfatizar el aprendizaje de habilidades complejas que se evalúan longitudinal e integralmente. Proporciona elementos para evaluar a los aprendices y a la enseñanza misma.

Una de las ventajas del portafolio es la retroalimentación del enfoque de enseñanza y de la actuación del enseñante, ya que evalúa los aprendizajes logrados en relación con la actividad de enseñanza y el programa implantado. El objetivo es que los padres y enseñantes se comprometan con el trabajo, se fijen metas, reflexionen sobre su trabajo individual y grupal, automotivándose para mejorar su desempeño y aprendizaje (Díaz–Barriga y Hernández, 2001).

Para la evaluación de los procesos se llevó a cabo la aplicación de técnicas  de recogida de información de índole cualitativa, este tipo de evaluación permite la modificación o reestructuración a las actividades del programa en función de las necesidades o requerimientos del grupo y el contexto, adicionalmente se pueden observar  las opiniones, vivencias, actitudes de los participantes  durante el proceso, con el propósito de indagar sobre la subjetividad de las personas, éstas suelen restringirse a programas muy contextualizados para resolver sobre todo una problemática específica de menor alcance, para esta propuesta se han elegido; los grupos de discusión, observación participante y entrevista abierta (Fernández,1996).

Grupos de discusión, con esta técnica se pretendió llegar al consenso y al establecimiento de conclusiones; en pequeños grupos y por medio del seguimiento de un plan de trabajo, se confrontan las opiniones y una vez consensuadas se exponen en plenaria para su análisis. El propósito es conocer los aprendizajes explícitos como implícitos sobre el tema o tópico que se haya tratado.

Observación participante, este procedimiento implica la observación sistematizada de grupos reales en contextos naturales puede realizarse con la ayuda del diario de campo. El observador permanece en el contexto de aplicación del programa y toma “notas de campo” con base en las interpretaciones que haga de sus percepciones, el objetivo es conocer cómo están experimentando la aplicación del programa.

En el caso de la entrevista abierta, tiene como objetivo fundamental captar del discurso individual el estado motivacional del entrevistado, el sistema a emplear consiste en dejar hablar libremente al entrevistado sin encasillarlo a las preguntas de un cuestionario, por las características se tendrán que usar medios mecánicos para registrar de manera fidedigna los datos obtenidos (Díaz –Barriga y Hernández, 2001).

 

Conclusiones

No se puede vivir sin convivir, y la convivencia se traduce en relaciones humanas que implican un intercambio de creencias, valores, conflictos, lenguaje y sobre todo emociones, en la vida humana la posición o lugar de la afectividad y de las emociones es muy central, son ellas los que impulsan o paralizan las acciones, las que unen o separan a los hombres.

Sin embargo, su dominio no está asegurado, es una parte del ser humano que no siempre es dócil a la voluntad y a la razón. Es como un gato doméstico, al que hay que amaestrar, porque puede volverse contra nosotros, como reconoce Yepes (1996) es el motivo por el que las emociones no se pueden controlar completamente si no nos empeñamos en entrenarlas y educarlas (Yepes, 1996).

La razón de una educación emocional es obvia: si se entiende que las cualidades básicas de saber convivir requieren una buena dosis de calidez, escucha, empatía, respeto, compasión, comprensión y un manejo apropiado de emociones, se comprenderá que este conjunto de manifestaciones o habilidades sociales van de la mano en toda relación interpersonal madura, armoniosa, constructiva y feliz.

Y si se es capaz de aprender a construir esta clase de convivencia entre la gente, el impacto benéfico hacia la sociedad entera será el de conformar una cultura donde exista el interés auténtico por conocerse a fondo a sí mismo, comprenderse unos a otros con el consecuente respeto a las diferencias individuales y la consideración y apoyo a los seres que requieren ayuda por su fragilidad se trabaja en el control emocional , así como al desarrollo de habilidades básicas para la convivencia armónica que permitan la construcción y consolidación de una cultura de paz. (Armendáriz, 2004). Actualmente  se trabaja en sistematizar los datos para los ajustes y reestructuración del programa.

 

Referencias Bibliográficas

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[1] Doctora en educación. Gabinete Psicopedagógico de la Secundaria del Estado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. México.

[2]Maestra en Educación PTC, Facultad de Humanidades, Universidad Autónoma de Chiapas. México.